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30 de mayo de 2013

Se retrasa el lanzamiento del nuevo DVD de Dream Theater: 'Live At Luna Park'

Así lo anunció la banda en un comunicado publicado esta mañana en su web y redes sociales. El lanzamiento, previsto inicialmente para mediados de mayo de este año se pospone para noviembre.

Comunicado completo...

Trailer de Dream Theater Live at Luna Park

29 de mayo de 2013

Stratovarius en Groove: aquellos días felices

Por Víctor Spinelli, para Rock.com.ar

La banda finlandesa de power metal volvió a la Argentina para presentar ‘Nemesis’, su disco más reciente, editado en febrero de 2013.

Stratovaris. Timo Kotipelto | Foto: Victor Spinelli - www.rockenfotos.com.ar

Desde su formación a mediados de los 80s ha pasado mucho tiempo y, con el tiempo, lo esperable: cambios, cristalizaciones, avances, retrocesos, éxitos y fracasos. Pero si hay algo indiscutible es que hoy, a casi 30 años de su formación, Stratovarius sigue ostentando la corona de los Reyes del power metal mundial.

Liderada hoy por el inoxidable y eterno Timo Kotipelto, y completada por Jens Johansson (teclados), Lauri Porra (bajo), Matias Kupiainen (guitarra) y, el más nuevo, Rolf Pilve (batería), la banda se muestra mejor y más consolidada que nunca.

El pasado 22 de mayo el quinteto nórdico volvió a nuestro páis para presentar su disco número 17, ‘Nemesis’, en Groove. La noche contó además con shows de las locales Thabu, Espada Esmeralda, Preludio Ancestral, y Abeydon.

Stratovarius subió a escena alrededor de las 22 para romper el silencio con la misma que abre el disco más nuevo, promesa de un show explosivo: ‘Abandon’. Desde ahí, power metal de la vieja escuela, como el que sólo Strato puede darse el lujo de ofrecer.

‘Speed of Light’, ‘Halcyon Days’, ‘Eternity’, ‘Dragons’, serían algunos de los que pasarían antes de que el rookie del grupo, Rolf Pilve, tuviera sus minutos de fama con un bestial sólo que encajaría casi mágicamente con ‘Eagleheart’. Seguiría entonces otro de la nueva placa, el melódico y a la vez poderoso ‘Fantasy’ y luego el franco powermetal ‘Destiny’.

El excéntrico y virtuoso bajista Lauri Porra sorprendió entonces a la audiencia con un sólo que incluyó un insólito – e increíblemente interpretado – fragmento del clásico tango de Gardel y Le Pera, Por una cabeza. Y ahí nomás, como si nada hubiese ocurrido, más metal, y una ovación potenciada probablemente por el arranque popular cuando inmediatamente sonó ‘Distant Skies’.

Stratovarius | Foto: Víctor Spinelli - www.rockenfotos.com.ar
Como suele ocurrir, los clásicos quedan para lo último. Además de varias canciones en esa categoría, la formación misma de Stratovarius cuenta con un verdadero clásico en sus filas: el tecladista Jens Johansson tendría también su merecido espacio en el catálogo de demostraciones. Su genial y sentido sólo de teclados aterrizaría en las primeras notas de ‘Black Diamond’, para cerrar parcialmente el encuentro.

A la vuelta, el primero de los bises arrancaría con la única balada de la noche: ‘If The Story Is Over’, y culminaría con dos más antiguos: ‘Against The Wind’ – de Fourth Dimension (1995), primera placa con Kotipelto -, y ‘Paradise’, incluído en Visions.

En la segunda vuelta sonarían dos más: ‘Unbreakable’, primer single del disco de 2013 y otra que, en su momento, el ex guitarrista de la banda Timo Tolkki definió como una canción esperanzadora, que dice que ‘todo puede ir mal, pero no hay que perder la esperanza’: Intervenida por una extensa, carismática y hasta cómica interacción con el público, en la que Kotipelto & amigos hicieron eco de la pica - en todo – con otros países de la región (“Estuvimos en un pequeño, pequeñísimo pueblo llamado San Pablo ¿lo conocen? Allí la gente canta muy fuerte”), para motivar al público a poner sobre la mesa toda su pasión en los últimos estribillos del mega clásico: ‘Hunting the High and Low’.

Y así, sin más que todo lo que tienen para dar, contentos, emocionados, satisfechos, irrompibles, Stratovarius pasaba una vez más por Argentina. Y quedó claro: aunque nada reste ya de los que, en 1984, iniciaron la cruzada bajo el nombre de ‘Black Water’, el espíritu sigue vivo, cada día más vivo.

Publicado originalmente en www.rock.com.ar

Ensiferum, por primera vez en Argentina!

La banda finlandesa de Folk Metal llega por primera vez a la Argentina, en el marco de la gira presentación de Unsung Heroes, su trabajo discográfico más reciente.


Viernes 31 de Mayo, desde las 18 en El Teatro Vorterix (Federico Lacroze y Alvarez Thomas)


Entradas a la venta por sistema Ticketek, llamando al 45237-7200 o entrando a www.ticketek.com.ar

Ensiferum (del lastín ensĭfĕrum,"Portador de la Espada" o "Guerrero") es un grupo de folk metal procedente de Helsinki. Desde su formación, Ensiferum ha lanzado cinco álbumes, un EP, una compilación, tres singles y tres demos.

26 de mayo de 2013

Steven Wilson en Argentina: postal de una noche inolvidable

Por Víctor Spinelli, para Rock.com.ar

Steven Wilson volvió a la Argentina para presentar su más reciente trabajo de estudio, ‘The Raven That Refused To Sing (And Other Stories)’.


Hablar de Steven Wilson es en primer lugar hablar de un personaje multifacético, siempre ocupado, siempre creando y recreándose. Su CV tiene varias páginas.

Mientras que, como músico y compositor, ha puesto en marcha proyectos tan numerosos como disimiles (Porcupine Tree, No-Man, Bass Communion, Blackfield, Incredible Expanding Mindfuk (I.E.M.) o Storm Corrision), el artista inglés ha sido además, como productor y arreglador, engranaje fundamental de algunos de las mejores producciones que el rock progresivo y experimental ha dado en los últimos años: ‘Blackwater Park’, ‘Deliverance’, ‘Damnation’ (de Opeth), o ‘We’re here because we’re here’ (de Anathema) sean quizás algunos de sus trabajos más reconocidos en este aspecto, aunque lo cierto es que sus tentáculos se han extendido a bandas como O.S.I., Marilion, Orphaned Land, Paatos, Pendulum y más.

Como si el tiempo le sobrara, Wilson se ha encargado, también, de poner a punto las remezclas de la discografía 1969-1984 de King Crimson (en su 40 Aniversario) y, en el mismo sentido, ha trabajado sobre el catálogo de Jethro Tull y en la clásica placa ‘In the Land of Grey And Pink’, de Caravan, icono de la escena Canterbury.

Y no es todo: El Señor Wilson, como para tomarse un respiro, cuenta con 3 discos solistas (sin contar los primeros de Porcupine Tree): Insurgentes (2008), Grace For Drowning (2011) y, el más reciente, motivo de la actual gira: The Raven That Refused To Sing (And Other Stories).

Con tal trayectoria, siendo uno de los artistas más codiciados tanto por su público como por colegas, resulta extraño que recién para 2012 decidiera allegarse hacia las olvidades tierras del Sur. Tarde, si, pero seguro: algo lo atrapó de tal manera que, en poco más de un año ya son dos las visitas concretadas a nuestro continente en general, y a la Argentina en particular. Y, como ocurriera durante su primera visita, en abril de 2012 en el Teatro de Flores, la sala – esta vez la del Teatro Vorterix -, estaría literalmente repleta.

Aunque el arranque estaba anunciado para las 21, desde hacía 45 minutos antes el clima comenzaba a acondicionarse con una oscura música ambiental y una perturbadora proyección, consecuentes ambas con la bizarra estética del disco.

El show comenzó precipitadamente, 20 minutos antes de lo esperado. Las luces se apagaron y los músicos comenzaron a tomar posición, ante una ovación indescriptible. Inolvidable momento para los que, extasiados, festejaban el ansiado momento, pero también para la infinidad de personas que, entrada en mano, se atolondraban en la puerta para acceder al recinto. Unos lo recordarán con una sonrisa y hasta lágrimas de emoción. Otros, no tan afortunados, con profunda rabia.

Sin embargo, los primeros redobles del Chad Wackerman en dupla con los contundentes graves de Nick Beggs, marcarían la ya inevitable apertura. 25 minutos más tarde, un muchacho de ojos desencajados me preguntaría el nombre de la pieza elegida para abrir. Ante mi respuesta, ‘Luminol’, y a la vez que se zambullía en la multitud como un espartano, soltaría a viva voz una maldición francamente irreproducible. Pero lógica.

A pesar del amargo trago, transcurridos los tensos y atrapantes 12 minutos y 10 segundos de la pieza magistral elegida para romper el hielo, el malhumor casi había desaparecido. Wilson tuvo entonces su primer intercambio con el público: “Voy a intentar decir algo en español” – se atajó en su idioma natal, y arriesgó: “Estoy muy feliz de estar aquí, los quiero mucho”. La pequeña dosis de demagogia surtió un enorme efecto.

En un – ahora – inmejorable clima, siguieron dos más del disco más nuevo: en la hermosa ‘Drive Home’ llegaría el momento del bestial Guthrie Govan – uno de los más esperados de la banda -, que aprovechó la espacial melodía para clavar uno de esos sólos que, por su intensidad, penetran como una daga en medio del corazón. Inmediatamente después, una de evidentes guiños rogerwatereanos: ‘The Pin Drop’, y más de Govan. Inmediatamente después, presentada formalmente la última producción del ahora solista, sonaría una de la placa anterior. Voladora, hermosa, melancólica: ‘Postcard’.


Conforme transcurría el show, la apuesta audiovisual hipnotizaba, hundiendo a los espectadores en un impactante sueño lúcido. Una ejecución precisa, matemáticamente calculada. El sonido, en 5.1 – con parlantes ubicados estratégicamente en distintos puntos del salón -, claro, contundente, sin una sóla frecuencia por arriba o por debajo de lo planeado, y en perfecta sincro con las proyecciones. Este maestro de la ilusión sabía bien de su magia.

En la misma clave setentosa y oscura de casi todo el disco, sonaría otra de The Raven.., la progresiva y compleja ‘The Holy Drinker’. Luego, otra de Grace for Drowning, preciosa ella: ‘Deform To Form a Star’.

Finalizado el segmento, todo quedaría a oscuras, y – como hace un año – un gigantesco ¿velo? translucido cumpliría durante las próximas tres canciones la doble función de telón y pantalla HD: luego de un impresionante video sonarían, una detrás de otra, ‘The Watchmaker’ – Los amantes de Pink Floyd, más que agradecidos -, ‘Insurgentes’ e ‘Index’.

A la vuelta, corrido el velo – para el caso, sirve también de metáfora -, otra situación ‘poco feliz’, pero fugaz. Comenzando ‘Harmony Korine’, la guitarra de Wilson no responde. El inglés frena a la banda y, mirando al suelo ofuscado, intenta un frustrado paso de comedia: “Argentinian Technology…”. La audiciencia no tardará en repudiar el desafortunado comentario del músico devenido capo cómico. Independientemente de si el comentario lleva o no algo de razón, hah una breve tensión en el ambiente.

La providencia, sin embargo, traerá de vuelta el equilibrio propio de todo contrato social cuando el sonidista y técnico de guitarras avise a Wilson que el desperfecto fue responsabilidad suya. Entonces, Wilson pedirá perdón, aclarando que, en realidad la tecnología inglesa también es una porquería. Quizás gozando perversamente del pedido de disculpas del señorito inglés, la audiencia estallará en aplausos e interminables ovaciones. Extraña histeria que no deja de sorprenderme la del público local. Consumada la previamente frustrada canción, seguirá la electrónica ‘No Part of Me’.

A decir verdad, ya no queda mucho. En el listado oficial restan dos líneas que, sin embargo, llenarán una media hora más: Primero, previo y enfático pedido de silencio – “…La canción que sigue tiene un comienzo muy tranquilo, y no necesita de la participación del público” -, sonará la épica y psicodélica obra de 24 minutos, ‘Raider II’ y, para cerrar parcialmente el espectáculo, acompañada una vez más de un melancólico video en perfecta sincro con la interpretación, la que da nombre al disco: triste, tristísima, emotiva hasta el llanto: ‘The Raven That Refused To Sing’.


El público, francamente acongojado, pedía más. Los músicos, por su parte, habían dejado intempestivamente el escenario. Restaba esperar unos pocos minutos.

Lo que vendría sería, sí, lo último. Mas para el final, Wilson tenía guardada una carta magnánima: “¡Difícil hacer un bis para una banda que no tiene hits!”, abrió su parlamento, para luego dar el anuncio que pulverizaría cualquier resentimiento rezagado: “En este show recorro mi carrera solista, y los tres primeros discos de Porcupine Tree, son de hecho, discos solistas. Así que creo justo tocar algo de esa música”. El remate llegaría, irónicamente, con un hit – quizás el único hit del primer disco de Porcupine Tree, quizás de toda su historia -. Cantado íntegramente por todos: ‘Radioactive Toy’.

Luego de 2 hs y media de show, Steven Wilson y Cia. – Nick Beggs, Theo Travis, Adam Holzman, Guthrie Govan y Chad Wackerman -, visiblemente satisfechos, saludaban a sus fieles seguidores, mientras sus nombres y caricaturas aparecían uno detrás de otro en la gran pantalla. Finalmente, también en la pantalla, el mensaje que nadie quería recibir: “Thank you, and Good Night”.

Restó aun algún tiempo para que la audiencia se convenciese de que el final había acontecido. De a poco, a fin de cuentas más que satisfechos y con la misma música terrorífica que al comienzo de fondo, el salón se iba quedando a solas.

Fuente: www.rock.com.ar

1 de mayo de 2013

Steven Wilson regresa a la Argentina

El frontman de Porcupine Tree llega por segunda vez a la Argentina para presentar su nuevo trabajo de estudio: "The Raven Who Refused Ton Sing (And Other Stories)".


Steven Wilson se presentará el Sábado 18 de Mayo en el Teatro Vorterix.

Como músico y compositor, además de ser el genio creador, guitarrista y cantante de la multipremiada Porcupine Tree - banda de culto de la que se ha llegado a decir que son los 'Pink Floyd contemporáneos' -, Steven Wilson ha conformado diversos proyectos (No-Man, Bass Communion, Blackfield - junto al israelí Aviv Geffen -, IEM, Headphone Dust), todos increíblemente innovadores en su estilo y tan disímiles entre sí que cuesta asimilar que, detrás de bambalinas, se encuentre el mismo hombre.

Como productor e ingeniero de sonido, ha colaborado con grandes bandas, sobre todo de la escena progresivo/experimental, tales como Opeth, Anathema o Orphaned Land. Además, fue el encargado de una tarea tan ardua y admirable como la mezcla de las ediciones 40th aniversario de la discografía de la mítica banda de rock progresivo King Crimson.

Wilson comienza oficialmente su carrera solista en 2008 con la más que bien recibida placa Insurgentes, coronado como uno de los lanzamientos del año y que contó con las colaboraciones de artistas de la talla de Jordan Rudess (Dream Theater), Tony Levin (King Crimson, Peter Gabriel, Liquid Tension Experiment), y Gavin Garrison (Porcupine Tree), entre otros.

En 2011 Wilson edita Grace For Drowning, disco de alto vuelo musical, profundamente íntimo, con una alta pero justa cuota de experimentación y psicodélica; una montaña rusa emocional, que en su hora y, 23 minutos lleva de viaje por incontables paisajes y ambientes.

Aprovechando el nuevo lanzamiento, a principios de 2012 Wilson visita por primera vez Argentina. El encuentro será histórico: En un Teatro de Flores repleto, el músico dará un show soberbio, de una apuesta audiovisual hipnótica, en el que además de sus primeros dos discos recorrerá brevemente algunas de las obras más destacadas de su banda insignia, Porcupine Tree, y adelantará material de su próximo disco, el tercero. En Septiembre del mismo año, sale a la venta el DVD/Bluray en vivo - el primero de su carrear solistas - 'Get All You Diserve', grabado en la Ciudad de México durante la misma gira.



El tercer trabajo de estudio, 'The Raven Who Refused To Sing (And Other Stories)', sale a la venta oficialmente el 25 de Febrero de 2013. El disco, además de contar con un staff de lujo - Guthrie Govan en guitarra, Marco Minnemann en batería, Nick Beggs en bajo, Adam Holzman en teclados, Theo Travis en vientos y el legendario Alan Parsons como ingeniero de sonido - es un trabajo conceptual que trata temas sobrenaturales y, musicalmente, pone de manifiesto las fuertes influencias del rock progresivo y experimental de los 70s.

Será que la providencia está de nuestro lado o quizás que, cuando en 2012 Wilson finalmente se decidió a venir por estos pagos, quedó realmente impresionado con el recibimiento. Como sea, las buenas noticias no paran de llegar: Steven Wilson vuelve a la Argentina.

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